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miércoles, 13 de octubre de 2010

Relaciones laborales de los académicos: Caso Universidad del Zulia.

Coller (1997) sostiene que la relación laboral es de naturaleza contradictoria, y esta característica moldea las interacciones que se producen en los centros de trabajo. Los actores pueden estar en conflicto, pero para que el sistema funcione se requiere un mínimo de consentimiento, es decir, se produce una doble tensión que presiona hacia el conflicto y la cooperación al mismo tiempo.

En el caso de los académicos, las relaciones de trabajo constituyen un factor muy importante para la interrelación entre el Estado (empleador) y los académicos (empleados), porque a través de ellas se regula el empleo y aspectos de interés para ambas partes.

Los académicos constituyen un grupo social particular del mercado de trabajo en general, cuyas relaciones laborales se encuentran reguladas fundamentalmente por normativas especificas para las instituciones de educación superior; la universidad se convierte así, en el patrono de un numero significativo de académicos, quienes a través de sus gremios solicitan reivindicaciones de carácter político, económico y social, dando lugar a una relación mas dinámica entre la universidad, el Estado y la sociedad.

Ahora bien, en el caso venezolano los académicos constituyen un grupo con características similares a las descritas anteriormente. Sin embargo, en lo que respecta a la organización del trabajo solo se ha logrado introducir a partir del proceso democratizador (1958) un perfil de la profesión académica previsto en la Ley de Universidades de 1959 y modificada en 19701, donde se establece que los miembros del personal docente y de investigación son los responsables de la enseñanza y la investigación, así como la orientación moral y cívica que la universidad debe impartir a sus estudiantes. Entendiéndose entonces que la misión de la universidad: docencia, investigación y extensión descansa en el trabajo académico de ese personal.

Los principales actores en las relaciones laborales son el Estado y la FAPUV, este último es el representante legitimo del personal docente y de investigación, instancia que ha mantenido una lucha constante dirigida al logro de reivindicaciones económicas y sociales para sus agremiados. Según Parra (2000), la mayor parte de los esfuerzos se centran en la realización de gestiones y reclamos en búsqueda del cumplimiento por parte del gobierno o de las propias instituciones universitarias del pago de salarios y deudas en las cuales han incurrido estos organismos por desacuerdos entre los gremios de docentes y el gobierno nacional.

En el caso de los académicos de LUZ, presenta el incumplimiento de los beneficios legítimamente alcanzados, en virtud de la ausencia de disponibilidad presupuestaria para honrar los compromisos laborales. En los actuales momentos se adeuda el pago de la prima por hogar, el bono de salud para jubilados, los diez días adicionales del bono vacacional, intereses sobre prestaciones sociales, estas últimas se han acumulado desde 1998 y por tanto constituyen pasivos laborales. La situación que ha prevalecido para cubrir el déficit es la asignación de créditos adicionales a las universidades, que no siempre son aprobados oportunamente.

El gremio (APUZ), sostiene que el gobierno aplica tácticas dilatorias en el reconocimiento de los derechos laborales y en el pago de las deudas que mantiene con los académicos, argumentando no tener recursos. Es así como se mantiene a los académicos en un constante estado de incertidumbre al tiempo que se disminuye su poder adquisitivo y desmejora su calidad de vida. Para el gremio, el gobierno no considera prioritario honrar los créditos laborales del sector universitario a pesar de su importante contribución al desarrollo del conocimiento y por ende del país (APUZ, 2009). Los reclamos y propuestas en los últimos anos han estado dirigidos a defender la autonomía universitaria y a la exigencia de una asignación presupuestaria ajustada a la realidad.

En si, Las acciones de protesta a través de paros y huelgas son elementos de querella para presionar al gobierno al cumplimiento de los acuerdos, pero a la vez, son instrumentos legales de doble filo porque conllevan perdida de horas de trabajo académico que van en detrimento de la credibilidad y de la legitimidad de la institución. En suma, este grupo se encuentra mal pagado y escasamente valorado, lo cual genera tensión en esa fuerza de trabajo ante condiciones laborales que han ido desmejorando progresivamente, al tiempo que se les exige mayor dedicación y productividad en las actividades académicas

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